El vietnamita me ha dejado la cabeza como un bombo...(mas bien el estomago: que manera de comer!)
tanto hablar, leer, sentir sobre Argentina, se esta convirtiendo, mas que en una meta, un destino obligado. NECESITO IR A UN TELO. Pero a mi que no me pongan tiempo de queda, que me pongo nerviosa.
Beirut de fondo...el que aun exista gente asi me devuelve la fe en la raza humana. Zach Condor, la vieja Europa...y los trompetistas franceses, capaces de tocar con un cigarro en la boca...que derroche.
Derroches no abundan, todo tiene toque de queda, aunque presiento que este verano se va a dejar derrochar, exprimir, degustar, y muchos otros adjetivos que a Mr. Peel le quedarian tan bien.
Se que cuando me vaya echare de menos Londres, pero en mi cabeza abundan los balcones con geranios, la playa, las terrazas, los video clubs alternativos, y esa caravana que me ha de llevar a Brasil. Abundan la poesia y la pasion recuperada por las cosas pequenas, sin horarios, porque me apetece, y sucede que pasa algun amigo que quiere compartir.
La espontaneidad, aunque en los estratos mas trendy presuman de ello, no se aprecia igual cuando es estudiada (ay, que ingenuidad de repente jugar a creerles) debe, sin duda alguna, suceder porque si.
Me he cansado de ser moderna. Yo solo quiero ser natural. Y sin peinar. Y que cante Zach.
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