Dejo sonar el tango,
se recogio el pelo,
le miro intensamente, en silencio.
Cuando la voz desgarrada apagaba las ultimas notas,
y el acordeon resonaba en la estancia en penumbra,
solo dijo:
Ha dejado de serlo.
No quiero jugar mas.
La magia ya no existe.
No me enternece mas lavar tus platos,
traerte cuerdas nuevas,
escucharte toser de madrugada.
Me molestan tus pelos en los cojines,
tus dedos sucios en la puerta del frigo,
tu risa tonta, sin fundamento.
No quiero jugar mas.
No entendes mis poemas,
aunque les pongas musica,
ni recordas los titulos,
no venis nunca mas a despedirme a la puerta.
Se me acabo la risa,
el leer en voz alta,
deje de cantar sin darme cuenta.
Y eso no puede ser.
No quiero jugar mas,
Tenes que irte.
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