Si pudiera alargar un brazo que cruzase el mundo, te daria un pescozon. Fuerte, seco, entre las orejas. Ahi, que te espabile. Soplaria la niebla de tus ojos, tiraria del dedo gordo de tu pie, te aranaria las munecas.
Si ahora mismo pudieras, si fuese posible por algun extrano sortilegio, y tu me vieras, no te gustaria la luz de mis ojos. Pensarias que estoy fuera, y con razon, fuera de mi. Las certezas no me alcanzan. Y el silencio es espantoso. Ya ni si quiera me queda tristeza. La gaste impunemente este verano.
Tenias razon, al fin y al cabo, no eres suficientemente bueno. Quiza deberia haberte escuchado. Pero no me gusta aceptar consejos que van en contra de mi visceral atolondramiento. Asi me va.
Que pescozon te daba, efimero duende sarcastico. Que pescozon.
2 comentarios:
Siempre nos quedará la guantá sin mano, paciencia mi niña que todo llega, sin buscarlo. Besos guapa!
Hay siempre un lazo roto, una mirada perdida, un silencio incomodo y una lentitud sangrante para el que, sin motivo ni argumento, espera sentado y paciente a ver la felicidad venir, aunque sea de lejos.
Ánimo con tu blog. Me gusta mucho
Bsos
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